La prensa opina

Sobre la inversión en nuestro país

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"Cuando nos referimos al ahorro personal, la mayoría de las veces no le damos la importancia preponderante que debería de tener en nuestra vida, lo consideramos como un tema difícil y pocas veces alcanzable. Sin embargo, esto no es del todo cierto, se puede convertir en una actividad cotidiana en nuestra vida con el suficiente compromiso, enfoque y dedicación.
Como principio básico debemos enfocarnos en crear el hábito del ahorro, para hacerlo debemos establecer distintas metas para lo que queramos ahorrar. Es importante fijar un monto y una fecha, hacer revisiones periódicas para determinar nuestro éxito o fracaso y de esta manera poder mantenernos motivados, además de medir nuestro desempeño y ajustarlo en caso de ser necesario.
Cada vez que recibamos nuestros ingresos, ya sea de forma quincenal, mensual, por contrato, debemos separar la cantidad que deseamos ahorrar, recordemos que el dinero nunca sobra al final del mes, por lo que es preferible guardarlo desde el principio para no gastarlo al final.
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¿Un guardadito? Por supuesto, debemos construir un fondo para emergencias: si tenemos un ahorro de entre tres y seis meses de ingreso, podremos costear imprevistos como averías menores en el coche, enfermedades de la mascota o incluso un periodo de desempleo.
El dinero debe de trabajar por nosotros, ahorrar es el primer paso, pero invertir es indispensable para que nuestro dinero mantenga su poder adquisitivo en el tiempo y para que cueste menos alcanzar nuestras metas.
La gama de opciones que se puede dar es enorme: pagarés bancarios, Cetes, las afores(sic), fondos de inversión, por nombrar algunos.
Aprendamos a comprar y a gastar nuestro dinero, comparar precio y calidad, analizar las garantías, leer los contratos y conocer nuestros derechos como consumidores, puede ahorrarnos sumas interesantes y evitarnos problemas con nuestras compras y contrataciones.”. El Economista, 14 de junio de 2012, Luis Arana.

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"El patrimonio administrado por la industria de fondos de inversión en México registró en mayo un avance de 5.9 por ciento frente a diciembre, pero respecto del mismo mes del año anterior un crecimiento de 11.7 por ciento, al alcanzar un billón 400 mil 316 millones de pesos.
De acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de Intermediarios Bursátiles (AMIB), los activos administrados por las sociedades de inversión establecieron un récord y representaron 9.1 por ciento del PIB nacional.

Las sociedades de inversión registraron dos millones 73 mil 541 clientes en 545 vehículos de inversión, pero la penetración entre el público mexicano, como porcentaje de la PEA, estimada en 48.3 millones de trabajadores, aún es baja, pues el número de clientes sólo representa 4.2 por ciento.
Los inversionistas volvieron a enfrentar un escenario desfavorable en mayo, al recrudecer la incertidumbre respecto a la capacidad de las autoridades de la Unión Europea, de aplicar las medidas que ayuden a resolver los problemas de solvencia que afectan a países e instituciones financieras de la periferia del euro.
Mientras en los mercados la volatilidad se hacía presente y derrumbaba las cotizaciones de los activos financieros, la respuesta natural de los inversionistas fue adoptar posiciones defensivas.”. El Financiero, 19 de junio de 2012, Clara Zepeda Hurtado.

La prensa opina sobre inversión

"Una de las formas más sencillas de controlar el riesgo de nuestro portafolio es a través de la diversificación. Sin embargo, a pesar de que siempre hemos escuchado los peligros de poner “todos los huevos en la misma canasta”, aún hay inversionistas que siguen comprando una única clase de activo. Y son más, muchos más de los que uno podría pensar.
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Un bien raíz es la inversión más segura. Otro prejuicio muy arraigado en nuestra cultura es la inversión, exclusivamente, en bienes raíces. Existe la creencia de que éstos “siempre tienen una plusvalía, nunca pierden su valor”, por lo que es el lugar más seguro para guardar nuestro dinero.
Pero la realidad es muy distinta: simplemente, hay que ver lo que ha sucedido con el mercado inmobiliario de Estados Unidos.
Muchas viviendas han perdido la mitad del valor que tenían hace algunos años y eso que hay una recuperación parcial del mercado.
La gente olvida que aquello puede suceder.
Hay otros riesgos: en el futuro, una zona que hoy es tranquila puede convertirse en insegura. Mañana pueden construir un “segundo piso” o una estación del Metro junto a donde tenemos una propiedad, lo cual puede afectar su valor de manera muy importante.
No quiero decir que los bienes raíces no sean una buena inversión, muchas veces pueden serlo. Pero invertir en ellos también tiene sus riesgos y éstos son los que mucha gente pierde de vista, precisamente por los prejuicios ya mencionados.
Hoy en día hay otro instrumento que está de moda: (el oro), porque su valor ha crecido de manera significativa en los últimos años de crisis financieras reiteradas. El problema es que no se ve como una alternativa para nuestro portafolio diversificado, sino que muchas personas están destinando la totalidad de su capital a comprar centenarios.
Basta ver la gráfica del oro para darnos cuenta de que es un instrumento volátil, tanto o más que el índice de la Bolsa; que ha tenido periodos de fuertes bajas y tuvo muchos años de relativa estabilidad, cuando las personas que invirtieron en él no obtuvieron ganancias.
En fin, todos éstos son prejuicios que pueden afectar de forma seria nuestras inversiones. Pueden hacernos tomar mucho más riesgo del que pensamos, por ejemplo. O pueden hacer que nuestro dinero pierda su poder adquisitivo con el tiempo. También pueden hacer que perdamos oportunidades que pueden ser infinitamente mejores en el largo plazo. Enfatizo: toda inversión tiene riesgos. Aunque pensemos que no. Para evitar sorpresas desagradables, tenemos que aprender a conocer esos riesgos y a controlarlos en nuestro favor “. El Economista, 19 de junio de 2012, Joan Lanzagorta.