La importancia de presupuestar

La salud financiera es algo que -bajo circunstancias normales- todos deberíamos poder poseer o alcanzar. Tener finanzas sanas no es otra cosa más que mantener equilibrados nuestros ingresos y nuestros egresos. Para ello existe una premisa básica: los gastos no deben ser mayores a los ingresos.

Este balance se logra con mayor facilidad si nos tomamos un par de horas de vez en cuando (puede ser cada año o cada seis meses) para elaborar un presupuesto general de nuestras finanzas.

Este cálculo básico puede contemplar en sí mismo revisiones periódicas y ajustes tanto a la baja como al alza.

Lo más importante es tener claro cuáles son nuestras verdaderas prioridades y nuestros ingresos reales.

No gastar de más no significa olvidarse del crédito. De hecho, administrado adecuadamente, es una excelente manera de financiar algunos gastos sin descapitalizarnos. Pero sin olvidar jamás que el crédito no es un ingreso, sino algo a pagar.

Al realizar un presupuesto es conveniente regresar a lo básico. Casa, vestido y sustento, decían las abuelas. Y precisamente ésos son los rubros que hay que determinar en primera instancia. Tener un hogar, así como alimentarnos y vestirnos de acuerdo a lo requerido por nuestras actividades principales debe encabezar las prioridades. Posgrados y/o educación de los hijos (según sea el caso) y ahorro tendrían que estar inmediatamente después, a la par de la cobertura de nuestras obligaciones crediticias.

A partir de ahí, cada cabeza es un mundo.

En este sentido, es muy conveniente tener identificados nuestros principales gustos, pasatiempos e intereses, pues así será más sencillo determinar qué parte de nuestros ingresos y cada cuándo podemos consentirnos sin desajustar las finanzas personales o familiares. Idealmente, nunca un hobbie debe ir antes de una prioridad, pero el descanso y los pasatiempos también son indispensables

Finalmente, la mayor importancia de elaborar y respetar un presupuesto personal y/o familiar se traduce en la verdadera calidad de nuestra vida, pues puede ser la diferencia entre el insomnio y dormir tranquilamente.

La acumulación y el gasto por sí mismos son un sinsentido. Presupuestar nos ayuda a administrar nuestros ingresos y a manejar adecuadamente nuestros gastos al tiempo que nos brinda una capacidad de ahorro más sistemático y duradero.

Presupuestar es tomar las riendas de nuestras finanzas y las decisiones que consideremos adecuadas, seguros de que podemos hacerles frente.

Dormir tranquilos, bien lo vale.