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Billetera
"Recientemente impartí una plática sobre Buró de Crédito en una cámara empresarial; ahí había de todo: pequeñas, medianas y grandes empresas. Al abrir la sesión de preguntas y respuestas uno de los asistentes mencionó que veía a las Sociedades de Información Crediticia (SIC) como un obstáculo para obtener financiamiento.
Recordemos que las SIC, como Buró de Crédito, no autorizan, ni rechazan créditos. Las SIC son empresas que, con información de los otorgantes de crédito, construyen historiales crediticios que sirven como una herramienta en el proceso de originación de un financiamiento.
Los historiales le permiten al otorgante del crédito conocer a su potencial cliente y evaluar si éste puede hacerle frente a un nuevo financiamiento para no sobreendeudarse. Esto es muy importante para proteger al consumidor de crédito y también para mantener al sistema financiero sano.
Junto al historial crediticio, los otorgantes también consideran otros factores ajenos a las SICs como los ingresos del solicitante, el número de dependientes económicos, sus compromisos financieros no crediticios (ejemplo, la renta), la edad, etcétera. Estos criterios forman parte de sus propios modelos de negocio y de riesgo.
En el caso de las empresas, hay varios requisitos que los otorgantes de crédito solicitan; como dijimos, éstos pueden variar según el criterio de cada uno de ellos. Algunos de estos incluyen, por ejemplo, estar legalmente constituidas (acta constitutiva), presentar poderes y reformas (en caso de persona moral), estar dados de alta en Hacienda, no presentar pérdida en la declaración anual, no estar en quiebra técnica, presentar declaraciones de impuestos, tener comprobantes de ingresos, tener estados de cuenta bancarios o estados financieros, etcétera.
Lamentablemente todavía hay empresas que no cuentan con esta documentación, es decir, operan informalmente. Entonces, ¿si no se está dado de alta en Hacienda no se puede ser sujeto de crédito? Si hay posibilidades, pero seguramente se necesitará comprobar ventas además de exhibir documentación que evidencie que el negocio cuenta con un permiso delegacional o municipal, un registro ante asociación de comercio o industria, o notas de compra u otro documento que sustente la actividad del negocio.
¿Y por qué los otorgantes piden tantas cosas? La razón es muy sencilla, los otorgantes de crédito están sujetos a la Ley de Instituciones de Crédito, que en su Artículo 65 indica que 'Para el otorgamiento de sus créditos, las instituciones de crédito deberán estimar la viabilidad de pago de los mismos por parte de los acreditados o contrapartes, valiéndose para ello de un análisis a partir de información cuantitativa y cualitativa, que permita establecer su solvencia crediticia y la capacidad de pago en el plazo previsto del crédito. Lo anterior, deberá observarse sin menoscabo de considerar el valor monetario de las garantías que se hubieren ofrecido'.
Los historiales y la documentación que los otorgantes piden hay que verlas desde un ángulo positivo, ya que éstos disminuyen las probabilidades de quebrantos que afectan directamente al acreditado, a las instituciones de crédito, al ahorrador, al inversionista y a la economía nacional”.
El Sol de México, 07 de agosto de 2013, Wolfgang Erhardt.

Robo de identidad, un delito sin estadísticas
 “Rosy (su nombre se omite por razones de seguridad) recibió una llamada que le quitaría algo más que unos minutos. También le arrebataría su tranquilidad, al darse cuenta de que se trataba de un cobro de un automóvil que nunca solicitó. Al revisar la información, confirmó que había un financiamiento, que sacó alguien más utilizando su nombre, dirección e información crediticia, entre otros datos.
Esta situación la viven miles de personas al ser víctimas de un delito que ha repuntado en los últimos años: el robo de identidad.
Pese a que recientemente fue tipificado como un ilícito que aparece en el Código Penal para el estado de Nuevo León, la falta de denuncias de las víctimas impide establecer estadísticas, alertó el vocero nacional del Buró de Crédito, Wolfgang Erhardt.
'¿Cuántos son? ¿Cuántas víctimas de robo de identidad hay? Nadie sabe porque es un fenómeno mundial que la gente no denuncia', dijo.
'Simplemente no denuncian; entonces cuántos haya habido, sepa Dios, y cuánto dinero están sacando estos delincuentes, igual nadie sabe', dijo.
Abrir cuentas de crédito, contratar líneas telefónicas, realizar compras, cobros de seguros de salud, de vida y de pensiones, así como domiciliar pagos de renta o colegiaturas son algunas causas por las que se comete este ilícito, que se estima que en 85 por ciento de los casos tenga propósitos económicos.
Según el artículo 444 del Código Penal estatal, por la suplantación de identidad se establecen penas de hasta ocho años de prisión y de hasta dos mil cuotas, que equivalen a cerca de 130 mil pesos.
'Comete el delito de suplantación de identidad quien se atribuya por cualquier medio la identidad de otra persona, u otorgue su consentimiento para llevar la suplantación de su identidad produciendo con ello un daño moral o patrimonial u obteniendo un lucro o un provecho indebido para sí o para otra persona', dice el decreto añadido al código el pasado 26 de julio.
'Este delito se sancionará con prisión de tres a ocho años y multa de mil a dos mil cuotas', cita la ley.
Aunque se han presentado propuestas en el Congreso de la Unión para tipificarlo, a nivel federal la suplantación de identidad no existe como delito. Por ende, organismos como el Instituto Federal de Acceso a la Información y de Protección de Datos Personales (IFAI), la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) o la Comisión Nacional para la Defensa de los Usuarios de las Instituciones Financieras -sic- (Condusef), aunque apoyan a los afectados, no tienen atribuciones para perseguirlo.
'Sería muy sano que se tipificara como delito, pero de nada sirve si la ciudadanía no denuncia, porque sin denuncia no hay delito qué perseguir', añadió Erhardt.
El 70 por ciento de los casos de robo de identidad son a través del método físico; es decir, con el hurto directo de pertenencias, mientras que el resto es a través de medios electrónicos, como cuando la persona incluye su información en un banco a través de un teléfono inteligente o una computadora.

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El primero es cuando dejas olvidadas tus credenciales o tus tarjetas, cuando te roban el bolso o cuando alguien saca información de tu buzón o de tu basura', explica Erhardt.
'El otro 30 por ciento es cuando pusiste mucha información en tus redes sociales, o que dejaste abierto tu correo electrónico en un cibercafé o que se instaló un software espía por estar abriendo páginas o archivos que no debías'.
Según un estudio elaborado por RSA Security, México es el tercer país en América Latina en Robo de Identidad -sólo debajo de Brasil y Colombia- y la incidencia se concentra en las ciudades más grandes, entre ellas Monterrey.
Según la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), en el primer semestre de este año, 3 mil 656 usuarios reclamaron la existencia de tarjetas de crédito que ellos no solicitaron, un alza de 129 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior.
En estas controversias, Nuevo León se encuentra en segundo lugar, con 11 por ciento del total de los casos, sólo superado por el Distrito Federal, con 15 por ciento, y seguido por Jalisco con 8 por ciento.
Tan sólo en 2012, en el estado se recibieron 7 mil 469 controversias de instituciones de crédito en la Condusef, entre las que destacan las emisiones de tarjetas de crédito no solicitadas y consumos no reconocidos, así como disposiciones en ventanilla no realizadas por el usuario.
Tras un proceso que duró un año y ocho meses, Rosy comprobó que no solicitó el crédito. Sin embargo, ella tampoco lo denunció”.
Milenio, 12 de agosto de 2013, Nidia Venegas.

Billetera
 “¿Le ha pasado que alguna vez se ha atrasado en el pago o ha dejado de pagar alguna mensualidad de un crédito financiero o comercial?
A veces puede ser porque tuvimos un gasto por algún imprevisto, pero lo más común es porque no hicimos un presupuesto, no calculamos nuestra capacidad crediticia, y no leímos el contrato antes de solicitar un financiamiento.
Muchas veces me ha tocado escuchar que las personas dejan de pagar porque ‘no tuvieron dinero suficiente’ o porque ‘se sobreendeudaron’. Empecemos por los fundamentales; antes de solicitar un financiamiento hay que realizar un presupuesto.
Comience identificando sus ingresos fijos, no incluya los ingresos variables como comisiones, bonos y propinas. A esta cifra réstele sus egresos (gastos).
Al resultado de esta operación quítele un tanto para destinarlo al ahorro y otro para la inversión; de esta manera se asegurará de tener liquidez inmediata y a plazo para emergencias, vacaciones, retiro, etcétera. Continúe ahora restándole sus actuales compromisos crediticios.
El número resultante de todas estas restas es su capacidad crediticia, es decir, el dinero que le queda mes a mes para poder destinarlo (si quiere) al crédito. Idealmente, no debe adquirir compromisos financieros que superen esta cifra, así siempre tendrá recursos suficientes para pagar sus créditos puntualmente y evitará al mismo tiempo sobreendeudarse.
En caso de que su presupuesto muestre números rojos o que quede tablas, es momento que replantee sus gastos y compromisos crediticios actuales, ya que si sus gastos son mayores a sus ingresos, su capacidad crediticia será prácticamente de cero y, por ello, será difícil que un otorgante de crédito le dé financiamiento, simplemente porque ya no tiene recursos suficientes con que pagar un nuevo crédito.
Recuerde que si se endeuda más allá de su capacidad crediticia caerá probablemente en impagos, ocasionando que tenga que pagarle al otorgante del crédito intereses y otros cargos que vienen definidos en el contrato de crédito que firmó. Tenga presente que no pagar a tiempo también le generará un historial crediticio poco atractivo.
Por eso, además de considerar si puede pagar y necesita el crédito, lea cuidadosamente los contratos para definir si el producto es realmente el mejor en términos de característica y precio para sus necesidades y/o perfil personal y crediticio.
Antes de contratar un crédito, proyecte también cómo este impactará su presupuesto para darse cuenta cuánto tiempo le llevará liquidarlo. Como parte del análisis de su capacidad crediticia y para conocer el estado de sus créditos, consulte su historial en Buró de Crédito, el cual contiene ahora toda la información contenida en otras sociedades de información crediticia”.
El Sol de México, 21 de agosto de 2013, Wolfgang Erhardt.

Nombres, Nombres y... Nombres
“Este martes la Asociación Mexicana de Entidades Financieras Especializadas (AMFE) que preside Alejandro Martí Bolaños Cacho, realizará un foro de análisis de la reforma financiera. Por ahí estarán Fernando Aportela subsecretario de Hacienda, Jesús Aguilar Padilla subsecretario de Agricultura, Viviana Garza directora de regulación y supervisión de Banxico, Mauricio Gamboa director del Buró de Crédito y Gerardo Gutiérrez Candiani del CCE”. El Universal, 22 de agosto de 2013, Alberto Aguilar.

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