En México esta actividad es aún incipiente y las familias que intentan llevarla a cabo no siempre tienen éxito por varias razones. Una de ellas es que planean sobre ingresos que no son seguros. Otra es que no se planifican los gastos de acuerdo con una metodología sencilla y terminan generando angustias adicionales.

En este sentido, los países nórdicos son envidiados en todo el mundo. No sólo ocupan los primeros lugares en felicidad, sino que también lideran los rankings en desarrollo humano, en lectura y hasta en equidad de género.

Además, estos países se ubican en los primeros sitios en cultura financiera. De acuerdo con la Encuesta Global de Educación Financiera de Standard and Poor’s (S&P), realizada a finales de 2015 entre 141 países, Noruega, Dinamarca y Suecia obtuvieron el mayor puntaje mundial con un porcentaje de 71 por ciento de la población que entiende las finanzas y las pone en práctica.

En ese estudio, México se ubicó en el sitio 89, con un 32 por ciento de población con educación financiera, por debajo de otras de las principales economías en América Latina, de las naciones europeas y de muchas de las orientales.

El ejemplo Nórdico

Precisamente por sus características, vale la pena tomar el caso de Noruega, que ocupa el primer lugar en calidad de vida y desarrollo humano, de acuerdo con la clasificación de la Organización de las Naciones Unidas, además de que, según la misma ONU, es el país más feliz del mundo.

Para empezar, por su propia sabiduría en materia de finanzas, los noruegos están conscientes de que pertenecen a una sociedad que puede brindarles parámetros que les permiten planear un presupuesto familiar.

Este parámetro puede ser que el principal gasto de las familias en Noruega es la vivienda, que incluye desde la hipoteca, hasta los gastos de la casa, como el pago de impuestos, la electricidad, el agua y las telecomunicaciones.

El segundo rubro de gasto es el transporte, que abarca los viajes en vehículos públicos, el pago del automóvil, la gasolina y hasta las posibles reparaciones. La tercera erogación familiar es la alimentación, la cuarta el ocio y la quinta los pagos en hoteles y restaurantes. Le siguen muchos otros a los que destinan menores cantidades.

Con base en esta generalidad y en las particularidades de cada hogar, cada familia de Noruega puede planificar y cumplir su presupuesto anual.

El gasto en México

En México, de acuerdo con la más reciente Encuesta Nacional Ingreso Gasto en los Hogares (ENIGH-2016) realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el gasto corriente de los hogares se distribuye de la siguiente manera:

1. Alimentos y Bebidas (35.2%)
2. Transporte (19.3%)
3. Educación (12.4%)
4. Vivienda (9.5%)
5. Cuidados Personales (7.4%)
6. Artículos para limpieza (5.9%)
7. Vestido y calzado (4.6%)
8. Transferencias de gasto (2.9%)
9. Cuidados de la Salud (2.7%)

Como puede observarse, las diferencias con Noruega son muchas, pero hay que hacer la aclaración de que varios de los servicios en ese país nórdico son gratuitos, como la educación y la salud. Algunos rubros, como el ocio o los gastos en hoteles y restaurantes, que ocupan un lugar preponderante entre los noruegos, son cubiertos en la mayoría de las ocasiones gracias al ahorro.

Si analizas con detenimiento este listado y haces un ejercicio de cuánto y cómo gastaste este año en cada rubro, te puede servir de base para elaborar un presupuesto familiar para 2018, sobre todo eliminando erogaciones que puedan ser superfluas y destinando alguna cantidad mensual al ahorro que te permita, por ejemplo, dedicar dinero al ocio tan necesario para una vida sana.
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*Roberto Fuentes Vivar es columnista económico. Egresado de la escuela de Periodismo Carlos Septién García y de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Fue reportero fundador de los Diarios UnoMásUno y La Jornada. Ha sido jefe de las secciones financieras de diarios como La Jornada, Novedades, UnoásUno, El Nacional y la revista Época. Actualmente es colaborador de Radio Educación y de los diarios Milenio y Mundo Express e imparte la cátedra de Periodismo Económico en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García.