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Inicia bien el año. ¡Haz tu presupuesto 2019!

En los meses de noviembre y diciembre escuchamos por todos lados hablar de presupuestos, tanto a nivel nacional como institucional o personal.

Pero ¿sabemos realmente qué es y cómo se hace un presupuesto?

Un presupuesto no es sólo un cálculo mental. Es un documento en el que se asientan clara y precisamente los ingresos y egresos programados para un periodo específico de tiempo.

Existen varias herramientas que te pueden auxiliar para llevar control de gastos e ingresos. Tal vez lo más básico y que casi todos podemos hacer sea una hoja de Excel. Una búsqueda en las tiendas de aplicaciones para móviles y tabletas puede ayudarte a encontrar opciones más elaboradas y adaptables tanto a tus necesidades de precisión como a tu habilidad en su manejo.

Pero llevar un presupuesto no es sólo registrar entradas y salidas o pre-suponer los gastos que podrías enfrentar.

Presupuestar significa determinar prioridades y montos.

Del presupuesto dependerá una capacidad real de ahorro. O a qué le destinamos más dinero; ¿al coche o a la hipoteca?, por ejemplo.

Existen varias perspectivas que aconsejan distintas distribuciones de los ingresos. Desde hace un par de años, la llamada Regla 50/20/30 es una de las que más se acepta.

¿Qué significa? Que se debería dedicar el 50% de los ingresos a los gastos básicos o fijos como los alimentos, la renta, las colegiaturas, la luz, el teléfono, el gas, etc.; el 20% al ahorro y el 30% a los gastos personales no imprescindibles (salidas al cine, paseos, algún evento, etc.).

Otras perspectivas aseguran que no se debería destinar más del 30% a la renta o la hipoteca, en el caso de una familia. Sin embargo, una persona joven que recién se independice podría permitirse usar hasta un 47% en el pago de alquiler.

En cualquier caso, para lograr una salud financiera estable y que perdure, deberíamos poder destinar al menos 10% de nuestros ingresos al ahorro, no más de 15% a transporte y 10% a los compromisos financieros (tarjetas y créditos de nómina).

Algo que no se suele tener en cuenta es que nadie está exento de imprevistos. En el presupuesto se debe considerar que no sólo existen los gastos fijos, sino que pueden surgir eventualidades a las que debamos hacer frente y habrá que estar preparado.

Para ello, algunos expertos aconsejan tener una cuenta bancaria que se alimente constantemente y en automático desde tu cuenta corriente. Consulta en tu banco de preferencia, las opciones que tienen al respecto.

En cualquier caso, debería buscarse que ese fondo emergente sea suficiente para afrontar al menos un mes de tus gastos fijos, así como tener disponibilidad inmediata.

Elaborar el presupuesto familiar puede significar algunas horas de sumas, multiplicaciones y restas. Pero te aseguramos que no hacerlo es el camino a multiplicar la zozobra.

Realizarlo y seguirlo te permitirá no sólo saber en qué gastas, sino decidir cuáles son tus prioridades económico-financieras, dormir tranquilo y -con el tiempo- darte gustos que de otra manera se habrían ido en gastos hormiga o una mala distribución de los mismos.

Si quieres que el dinero sea el instrumento de tu bienestar y no el fin de tu tranquilidad, empieza bien el año. ¡Haz tu presupuesto para 2019!