“La planificación a largo
plazo no es pensar en decisiones futuras, sino en el futuro de las
decisiones presentes”.
Peter Drucker
Cae
el telón de 2014 y quizá como muchas personas, vamos a recibir el fruto
de estar en una caja de ahorro o el pago del aguinaldo que nos
permitirá cubrir gastos que se han pospuesto y por qué no, darnos un
gusto, que de vez en cuando no viene mal.
Recibir un dinerito extra puede ser, además, la oportunidad para
iniciar el año nuevo de forma diferente pensando en el futuro.
Aunque
no existen reglas perfectas para todo mundo, los expertos en finanzas
personales sugieren la fórmula 3/3 para el manejo del
aguinaldo:
Con
esto queda claro que planificar no es obligación exclusiva de gobiernos
o líderes de empresa, todos podemos ordenar nuestras finanzas para
vivir mejor.
Una persona que acostumbra planear mira su
entorno ponderando riesgos y oportunidades, y su virtud parte de hacer
un análisis claro de sus necesidades comprendiendo que no se puede
gastar más de lo que se gana, y tampoco se debe dejar para el ahorro lo
que nos sobra, todo lo cual sugiere un orden.
Una actitud
que abre espacio a la planeación se basa en que el cambio es lo único
constante, y que ser previsores permitirá darnos cierta seguridad, y en
el mejor de los casos atender de mejor forma necesidades futuras.
Saber organizar nuestras finanzas nunca ha sido fácil, pero algo que nos puede ayudar al inicio de un año es definirnos algunos objetivos de corto plazo que pueden migrar a otros más ambiciosos.
El éxito de una planeación se basa en la constancia, pero también en la claridad para integrar objetivos en el entendido que siempre es más atractivo consumir que ahorrar.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), los egresos más significativos de los mexicanos se distribuyen así: el 34% de su salario se destina a alimentos, bebidas y tabaco, el 18.5% a transporte y el 13.8% a educación. El resto, a otros rubros en menores porcentajes.
Un mexicano gana en promedio 8,445 pesos mensuales, de los cuales entre 19 y 23% se utiliza en 5 grandes rubros, lamentablemente ninguno de los cuales se trata de bancos o entidades ligadas al ahorro: restaurantes (básicamente de comida rápida), tabaco, cerveza, refrescos y cines.
En fin, que si nos ponemos a pensar un poco, existe suficiente tela de dónde cortar para destinar algo del consumo en ahorros constantes que al final de 2015, podrían sorprendernos gratamente.
¡Presupuesta y planifica tu futuro!
___
* Rogelio Varela es autor de la columna Corporativo, del periódico El Financiero; es comentarista en Imagen Informativa y en Canal 40.