Aunque
a los mexicanos no se nos da mucho eso de planificar, las exigencias de
los tiempos modernos nos orillan a ser un poco más ordenados, ya que se
estima que sólo 20% de la población adulta lleva un registro puntual de
sus gastos.
La
idea es evitar en los próximos meses dolores de cabeza que nos lleven a
sobreendeudarnos o bien a entrar en dificultades económicas. De ahí la
importancia de contar con un presupuesto.
El
primer paso es tener una idea clara de nuestros ingresos,
ya que la regla de oro es evitar gastar más de lo que percibimos, y de
ahí partir a lo que será nuestro horizonte de gastos.
Por
lo pronto, será conveniente que en una libreta anotes toda la
información sobre ingresos y gastos; esto también se puede hacer en una
página de Excel y existen algunas otras herramientas tecnológicas que
nos pueden facilitar las cosas (en esta misma publicación puedes
encontrar un artículo al respecto).
La intención es que
puedas consultar esa lista constantemente, ya que quizá tengas que
revisar gastos o bien incorporar a lo largo del año ingresos
extraordinarios como puede ser el pago de un bono, el reparto de
utilidades, una caja de ahorro y en algunos casos, el hecho de
recibir el aguinaldo en varias partes.
Esta información debe ser lo más detallada
posible, donde en una
columna anotes el haber (ingresos) y en otras el deber (egresos).
Después viene el segundo paso, no menos importante, determinar de la manera más completa tus gastos. En primer lugar están los gastos fijos que sin duda es una lista amplia y donde debes incluir pago de renta o hipoteca, servicios como agua, luz, teléfono y TV de paga, colegiaturas, gasolinas y pago de tarjetas, entre otros.
Un aspecto que debes cuidar es no sobreendeudarte. Se recomienda que los recursos destinados al pago de hipotecas no rebasen el 20% de los ingresos totales, y en el caso de tarjeras de crédito y créditos para automóvil no deberá ser mayor al 15% de esos ingresos, ya que de otro modo tendrás problemas para hacer frente a otros compromisos.
Habrá que entender que el crédito jamás se debe ver como parte de un presupuesto en la columna de "ingresos", aunque de manera ordenada permite planificar la compra de algunos satisfactores. Recuerda que el crédito es una gran herramienta, pero no es dinero extra.
Un rubro que deberás considerar además es tratar de destinar una parte de tus ingresos al ahorro. Esto definitivamente no es lo que te sobra, sino lo que destines de forma periódica, ya que en la medida en que procures ese buen hábito podrás tener mayor tranquilidad, en especial cuando llegan los imprevistos.
Cuando tengas toda esa información llega el momento de la verdad, es decir, tendrás un pequeño balance.
Si existen excedentes tendrás más espacio para el ahorro, lo que puede destinarse a planificar algún gasto mayor como son vacaciones, la compra de un electrónico, un automóvil e incluso la remodelación de la casa que también debe verse como una inversión.
En fin, empezar el año con una idea clara de tus finanzas personales o familiares te ayudará a que en 2016 puedas alcanzar muchas de tus metas.
Haz tu presupuesto y ¡feliz 2016!
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* Rogelio Varela es autor de la columna Ruta del dinero, del periódico La Crónica; es comentarista en Imagen Informativa y en Canal 40.