Moore busca venganza y la persona indicada para ayudarlo es su futuro suegro: Gordon Gekko, el magnate de Wall Street que pasó años en prisión por usar información confidencial a su favor en el mercado de valores. Durante su estancia en la cárcel el ex millonario perdió su fortuna, a sus amigos y se distanció de su única hija a la que quiere recuperar a cambio de apoyar a Jake en su misión.


Estos dos genios de los negocios están por comenzar una puja que terminará por dañar a todos a su alrededor en un mundo en el que la verdad se esconde entre gráficas de valores y hojas de balance. Al final, ¿quién tendrá más poder: la avaricia o el amor?

Oliver Stone (Pelotón, Asesinos por naturaleza, JFK) trajo de vuelta a Gordon Gekko, el icónico personaje de finales de los años 80 que personificara todo lo malo de Wall Street y le valiera un Óscar a Michael Douglas (La guerra de los Roses, Último viaje a Las Vegas).

Aunque Gekko ha perdido algo de vigencia con el paso de los años, su presencia en pantalla sigue intacta (“comparado con estos criminales, soy un novato”, dice Gordon en algún punto) y a pesar de que por momentos la cinta se aleja de la premisa de la película original (el precio de la avaricia) inclinándose más por la venganza, la lealtad y el amor familiar, la experiencia de Stone logra regresarnos al punto original para mostrarnos, a su muy particular estilo, que hay cosas que se encuentran muy por encima del poder económico del mercado de valores más grande del mundo.

En pocas palabras, una cinta que amenizará y reunirá aún más a la familia cualquier día de la semana para meditar sobre su trasfondo. Réntala o cómprala y ¡no dejes de verla!
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Wall Street 2: El dinero nunca duerme (Wall Street: Money Never Sleeps, 2010. Dir.: Oliver Stone. Guión: Allan Loeb, Stephen Schiff. Con: Michael Douglas, Shea LaBeouf, Carey Mulligan y Frank Langella, entre otros).